Para la Bienal de Arte Contemporáneo de Bahia Blanca 2016, la función simbólica la Sala Seca se invierte: frente al contexto físico elocuente de cada uno de los edificios que conforman el conjunto, el “cubo” supone un faro precario. Su implantación en el patio de la Maria Luisa responde a un completamiento de la arquitectura como testimonio de tres épocas: la belleza modernista del MBA, la austeridad moderna del MAC y la inestabilidad argenta contemporánea de CI.
Decisión política: reventón estético en una institución consolidada.
Decisión poética: aparato insolente que asoma entre dos arquetipos de distintos presentes.
Con una capacidad 4 veces mayor al cubo que teníamos en el aserradero (de 4 mts x 12 mts. de estructura de perfilería de acero galvanizado, revestida en polietileno y apoyada sobre pallets), se albergaron en el patio del museo cuatro muestras de obras de carácter experimental. Para ello a principios de julio lanzamos una convocatoria a residencia que seleccionó 7 artistas de más de 30 envíos, que a modo de “bonus tracks” participaron en la BRA 2016.
Artistas participantes







Agustín Malagamba






Facundo Pereyra






Grupo Rutina (Luli Guerrero y Clara Colombo)






Nahuel Santiago






Sebastián Zelaya





